Dicen que está entre nosotros nuevamente.
El termómetro atestigua directamente, y si. Esta acá, y nos sopla de a ratos, y nos invoca un frio que recorre nuestros cuerpos, y que nos obliga a abrigarnos con atuendos especiales, y porque no, con otros cuerpo que desee mezclarse con el nuestro.
En cualquier lado, un abrazo es una estufa de oro. Un abrazo es más que calor: es alegría, es amor, es el dar para recibir.
Calor necesario, para todo el mundo, o quizás para los pocos humanos que quedan...
miércoles, 15 de julio de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)