A veces me doy cuenta que no estaba en mi.
Que daba vueltas. Que iba, venia, pero que no estaba conmigo.
Estaba alla, en vaya-uno-saber-donde. Algunos dicen que corriendo. Otros dice que caminando, con los ojos cerrados, por cornisas y por precipicios, jugando al prisionero que encarcela.
Hasta creí en Dios, ese que juega azares inconclusos para sentirnos vivos y que amalgama las variables para reir o llorar. Pero creo que mas tarde, me di cuenta que no andaba con animos de creer en algo.
Queria la mente en blanco por un tiempo... Quizas lo consegui.
Volvi.
miércoles, 27 de abril de 2011
Suscribirse a:
Entradas (Atom)