Carta de la sombra del Capitan a su dueño

Parafraseando al Capitan Bondiola, cualquiera puede integrar su estandarte de locura en los cielos del albedrio...
¿Como no intentar encender el Sol, quien apaga la noche fria de los dias incesantes?
Sea el lujo o la pobreza, el alquiler de mis neuronas ya no se abona en ventanilla, y es su encanto el que cobra impuestos macroexagerados, con el fin de atentar al miedo ajeno, cancelando dicho alquiler.
¿Acaso soy el resultado de las variables de la existencia del todo, resumidas en un 30 de agosto en 1986, para pasar de resultado a variable, y afectando el entorno? Es algo rebuscado despues de un rivotril...¿no? Pero bueno, es noticia en ningun lado, solo para aquel que busca seguir el rastro del navio del Capitan, y su corriente gastada de tantos viajes hacia el todo y la nada.
Es el. El Capitan. El capitan bondiola que saco un boleto hacia el analisis del espejar constante.
¿Donde esconder tantas manos, si para conmigo mismo no tengo donde? 
Hay un juicio bamboleante y catastrofico de la sombra que me mira, y que me señala como autor intelectual del crimen de mi felicidad.
Dicen los que saben, que murio una noche donde las cosas se hablan por la mitad, porque lo mediocre alcanza, y con eso no basta para mi, pero basta para todos.
Contramanos mentales, cruces de vias sin trenes ni subtes, autopistas que vuelven al origen....todo esto y mucho mas, en la terraza del Atalaya Mundial, una torre que de a poco parece estar cayendose. Sin embargo, entre todos la repararemos.


¿Donde estas Capitan? Te echamos de menos.
Yo se que vos vas a regresar....