Con el alma entre rejas, mezclo y reparto para mi y para mi mismo.
El azar en mis manos, y solo queda jugar o abandonar.
Y mientras tanto, con el otro ojo -el que no razona-, alla a lo lejos, algo que parece llevarme de regreso a la vida.
Cuestion de azar, o de saber cartearse, para poder ganar.
domingo, 4 de marzo de 2012
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