En la Plaza del Sol, en Cuzco, los viejos indigenas habian logrado bañar de oro la misma. De esta manera, su dios Sol, reflejaba todo el parque de una manera espectacular.
Se dice, que cuando los españoles llegaron, el oro comenzo a ir desapareciendo de dicho lugar.
Los indios, que tontos eran, pero tampoco tanto, interrogaron a los españoles "¿A donde se va nuestro oro?"
La respuesta lograda, aseguraba que los caballos que habian llegado al continente, se alimentaban solamente con oro, y si no se nutrian, se convertirian en animales salvajes e incontenibles.
Por las noches, los españoles robaban de a poco el oro de la plaza, para llevarlo a su continente.
Mucho oro no queda hoy en dia, asi que nos roban lo poco que nos queda...
viernes, 1 de mayo de 2009
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